Pooja y Kishor, de 8 y 7 años respectivamente, vivían con su abuela y su madre, seropositiva, en una zona marginal de Pune. Comenzaron a asistir a la escuela el año pasado, pero dado que ésta quedaba lejos de casa y su madre no siempre podía llevarlos o recogerlos debido a su enfermedad, su asistencia era muy irregular.
Las finanzas familiares no eran buenas, tampoco. Su abuela ha sido la única fuente de ingresos, y trabaja de sol a sol para ganar un salario poco digno, pues la madre no puede trabajar ni cuidar adecuadamente de sus hijos. Después de entrevistar a la familia, no tardamos mucho en acoger a los hermanitos.
Un nuevo comienzo para un hermano y una hermana que pronto verán que en su familia hay mucho más que cuatro personas.