El pequeño es un terremoto y se gana la atención y cariño de todos. Prem significa amor, y cierto es que todos en Yashodhara estamos enamorados de él. Parshuram es muy cariñoso y está muy contento. Es un acróbata; se pasa el día haciendo la rueda y varias piruetas, y su sueño es llegar a ser piloto. Como todos los hermanos mayores, vela con absoluta devoción por su hermanito.
En la infancia uno recibe cuidados amorosos sin pedirlos y, siendo tan necesarios como la luz y el aire, se toman como algo normal. Pero cualquier criatura que sea privada de éstos en el momento necesario, queda sin duda empobrecida. Y en el Hogar no hay niño que no reciba el afecto y cuidado de los profesionales que están trabajando para su desarrollo.
Parshuram y Prem vivían con su abuela y padre. Su madre abandonó a su familia. Su padre, con problemas de alcoholismo, desaparece frecuentemente de la chabola varios días y no trabaja. La abuela trabaja comprando en el gran mercado y vendiendo pequeña mercancía en la calle, lo que la hace ausentarse del hogar desde las 4 de la mañana hasta las 2 de la tarde para ganarse apenas 1 euro diario. Los niños no asistían a la escuela y se quedaban solos en su chabola; su situación era de extrema vulnerabilidad.
Al crecer nuestra familia, crece la alegría de compartir, de vivir y de seguir trabajando. Tenemos muchos sueños por realizar.