“India tiene mucho que ofrecer al mundo”
El donostiarra Uttam Módenes viajó a India por primera vez a los 19 años y se enamoró del lugar. Descubrió la India mística, «llena de sonrisas, colores y aromas», pero también «la miseria, el olvido, la resignación y la indignidad» que vive una gran parte de su población. Es el presidente de la Fundación Asha-Kiran (Rayo de Esperanza, en hindi), de apoyo a la infancia vulnerable. Esta entidad presentó en marzo una muestra de fotografías en Errenteria.
Afirma usted que es difícil conocer India y no cuestionarse los valores que nos mueven aquí, en Occidente.
Sí, India siempre sorprende y nunca deja al visitante indiferente. Es el país donde más místicos, iluminados y maestros de lo sagrado han nacido. Su historia es una historia cargada de meditación y búsqueda interior. Pero quizás eso mismo ha hecho que haya un gran desequilibrio a nivel material y que en la actualidad haya millones de personas con graves carencias de recursos básicos. India tiene mucho que ofrecer al mundo. Es quizás el único país del mundo que cuenta con un término que considera la vida como un juego cósmico, "Leela", y aún en estos tiempos esta visión impregna la vida diaria de las personas.
Asha-Kiran ha puesto en marcha el hogar de acogida Yashodhara, dos centros de día, y diversos programas, como el de salud buco-dental. Buscan crear hogar, para facilitar a los niños el derecho a ser niños, a jugar, a ser valorados, a aprender, a desarrollar vitalidad y la habilidad de ser felices. ¿Está dando la iniciativa los frutos esperados?
La labor social que India necesita es ingente. Hay una carencia profunda de educación, y dicha carencia es la raíz de numerosos obstáculos hacia el desarrollo y el equilibrio de millones de personas que viven en situación de vulnerabilidad, especialmente mujeres y niños. Asha-Kiran se ha propuesto poner su granito de arena, para ofrecer oportunidades de futuro con proyectos que implementan programas de educación, salud integral y formación. Es hermoso observar la transformación que se produce en las niñas y niños que se benefician de este tipo de proyectos. En realidad, lo único que las personas en situación de vulnerabilidad necesitan son oportunidades para realizar su propio desarrollo. Esto es lo que deseamos seguir llevando a cabo y para Asha-Kiran es un honor que todos estos niños y niñas nos permitan hacerlo.
Otra posibilidad que ofrecen a estos chavales son los talleres de creatividad. ¿Qué aporta a sus vidas?
La creatividad es la esencia del ser humano y de la naturaleza entera. A través de la creatividad nos convertimos en manifestadores de belleza y nos colocamos en sintonía con lo que somos y con nuestra fuente de vida. No existe nada más sanador, más equilibrador, que dar cauce a este torrente creativo que late dentro de cada uno de nosotros. Y con los niños y niñas de las "clases bajas" de India es un placer promover talleres creativos, porque desde muy pequeños están conectados con la música, la danza, el trabajo manual. Aceptan las propuestas y se ponen a ello, olvidando durante un tiempo el drama que muchos de ellos viven.
¿Qué acogida han tenido las actividades que han organizado en Errenteria?
Desde que hemos establecido la delegación de Asha-Kiran en Euskadi, Errenteria ha sido la primera localidad donde hemos comenzado a organizar eventos y actividades de sensibilización y también de captación de fondos. Las dos cenas que hemos organizado ya en el Restaurante Batzoki y la exposición de fotos en Xenpelar nos han mostrado la solidaridad y la generosidad de este pueblo. Las personas que se han acercado nos animan a seguir adelante y se muestran muy interesadas en apoyarnos. Errenteria ha sido la mejor puerta de entrada a Euskadi. Desde aquí doy las gracias por ello.
Es usted profesor de yoga y danza-terapia e imparte seminarios y retiros de desarrollo personal. ¿Cree que la sociedad occidental necesita explorar nuevas formas de ser?
Cada vez se hace más obvio que es precisa una transformación en la forma en que el ser humano vive, alejado de su propia naturaleza. La vida mecanizada nos ha hecho olvidar que pertenecemos a la naturaleza, olvidar cuál es nuestra esencia y los sentimientos naturales que nos son innatos. Palabras como compasión, generosidad, amor, solidaridad, amistad, se han convertido en actividades buenistas, casi sospechosas, pertenecientes a utopías lejanas. Se está produciendo ya una "acción espiritualizante" imparable, y resultará en la revisión de actitudes y en la aparición de una nueva conciencia moral. Estoy seguro de ello. La próxima aventura será la de la consciencia.