Una vez completado el traslado del Hogar Yashodhara a sus nuevas instalaciones en Kamshet, el siguiente paso ha sido abrir sus puertas a más niñas y niños. De entre la multitud de solicitudes que recibimos, se escogieron sólo algunas para investigar cada caso más minuciosamente. Entre ellas, destacaba la de Ravi Yadhav. Ambos padres del niño, ahora con 9 años, habían fallecido en su pueblo de origen algunos años atrás, y su tía materna lo había acogido en su modesta casa de Pune. Sin embargo, las tribulaciones de Ravi no acabaron con el deceso de sus progenitores, pues la convivencia con los hijos de su tía, unos 10 años mayores que él, resultó ser muy tormentosa.
Debido a las continuas palizas a las que sus primos sometían a Ravi, su misma tía denunció a sus hijos a la policía local, que se desentendió del asunto. Impotente para parar tales abusos, y desesperada por sacar a su sobrino de esta situación de maltrato, acudió a Asha-Kiran con la esperanza de encontrar una salida para Ravi.
Ante una situación en la que la intervención inmediata era esencial, Ravi fue admitido casi de inmediato al Hogar, donde el resto de los niños le dieron una calurosa bienvenida. Su incorporación emocional, al igual que la física, ha sido muy veloz. Después de un mes en Yashodhara, ya asiste, como todos, al colegio de la localidad. Además de haber pasado a formar parte de un Hogar donde se ve emocionalmente arropado por compañeros y cuidadoras, los psicólogos también trabajarán con Ravi para que, paulatinamente, adopte nuevos patrones de convivencia. Este trabajo psicológico se hará extensivo a su familia, ya que apoyar la conciliación familiar y ofrecer nuevas vías de comunicación entre los niños y sus tutores o familiares, es una parte importante de la labor de Asha-Kiran, además de constituir una pieza significativa para el desarrollo saludable de los menores.
Complacidos por tener a Ravi entre nosotros, continuamos evaluando solicitudes de niños y niñas que aporten nuevos matices al Hogar Yashodhara.
