- no crear sentimientos de amargura, odio, culpa o venganza en el niño
- permitirle elegir su comportamiento responsablemente una vez que conozca las consecuencias del mismo
- transmitir la importancia de las reglas y la disciplina y luego confiar en la inteligencia del niño
-motivarlo a encontrar una solución para corregir posibles errores
-no aceptar conductas inadecuadas, pero siempre aceptar al niño
-enfatizar la buena comunicación
-prescindir del acoso físico o mental.
La campaña tendrá una duración de dos meses durante los cuales se impartirán charlas informativas y se organizarán teatros, relatos, debates y juegos entre el profesorado de los colegios beneficiarios.
En los dos colegios que ya han participado en la campaña, la idea de disciplinar a los alumnos sin violencia ha sido acogida con diversos grados de apertura. La tarea de transformar una creencia arraigada en la propia cultura no será fácil ni breve, pero es necesario ponernos manos a la obra si deseamos acercarnos a la meta de una sociedad enfocada hacia el bienestar global de la infancia.