El primer censo poblacional de 2011 arroja un total de mil doscientos millones de habitantes en India y presenta, además, un dato preocupante:
por cada mil varones de hasta 6 años hay solamente 914 niñas.
Las familias prefieren tener hijos que hijas, especialmente entre las poblaciones económicamente desaventajadas.
Las niñas en India siguen siendo vistas como una carga; se piensa que son una mala inversión pues se las tiene que alimentar y educar, para que al final pasen a formar parte de la casa de su marido. Por esto, algunas madres practican el aborto selectivo o abandonan a sus hijas al nacer. Las niñas que logran nacer, en general, reciben menos cuidados que los niños; la desnutrición es mayor, no se las lleva tanto al médico y están menos escolarizadas. Los índices de mortalidad son más altos entre las niñas. Desde muy pequeñas se dedican a tareas del hogar que les pueden llevar hasta ocho horas diarias, tiempo que podrían dedicar a los estudios.
En estos momentos, India tiene uno de los desequilibrios más grandes entre niños y niñas a nivel mundial. La falta de niñas causaría graves crisis en la sociedad india, según el Fondo de Población de Naciones Unidas; entre ellas, que una proporción significativa de hombres en edad casadera, principalmente los más pobres, se quedarían sin pareja. Esto, a su vez, podría llevar a un aumento en la violencia y tráfico de niñas. Por otro lado, las jóvenes se verían presionadas para casarse y tener hijos a edad muy temprana y, por ello, muchas veces renunciarían a su educación y trabajo.
El empoderamiento de las mujeres y la comunidad, el acceso a la educación, la implementación de los derechos en todos los sectores de la población, y un sistema de solidaridad comunitaria, son importantes para afrontar esta problemática.