En India, es dolorosamente notoria la preferencia por los niños: el hijo varón perpetúa el linaje, hereda la propiedad y cuida de sus padres en la vejez, mientras que en el caso de una hija, sus progenitores la ‘pierden’ al casarse y deben además pagar una cuantiosa dote a la familia del novio.
En el distrito de Satara, las autoridades llevaron a cabo una investigación para saber cuántas niñas se llamaban Nakushi (Indeseada), a raíz de que un oficial de salud del distrito descubriera el nombre en un registro; había 222 en total. "Los padres hacen esto para dejar claro que no querían que su bebé fuera niña. Esta zona tiene campos muy fértiles y una industria potente; los padres creen que los niños podrán trabajar la tierra y ganar más dinero", expresó el oficial. "Los casos suelen darse entre familias pobres. No suelen hacerlo con la primera hija, sino con la segunda o tercera, cuando juzgan que es una carga", agregó.
Según el funcionario de información, en el transcurso de la ceremonia pública, las niñas podrán elegir el nombre que tendrán a partir de ahora; un nombre que represente su deseo de estar vivas y ser amadas.
Fuente: infobae.com