lunes, 9 de abril de 2012

ABUSOS Y TRADICIÓN


Según la última Encuesta Nacional de Salud Familiar, más de un tercio de las mujeres indias ha experimentado alguna forma de abuso por parte de sus maridos - empujones, bofetadas, puñetazos, patadas, asfixia o quemaduras. Los activistas dicen que las cifras reales son mucho mayores, pero a pesar de que hay más conciencia y leyes sensibles al género, pocas mujeres están dispuestas a hablar abiertamente sobre la violencia que sufren a manos de quienes supuestamente las aman.

A pesar de que la violencia física y sexual contra las mujeres existe en todo el mundo, su grado de aceptación en India es incomprensible. La Encuesta de Salud encontró que al 51% de los hombres indios y al 54% de las mujeres indias les resulta justificable que un hombre le pegue a su esposa. Por otra parte, el silencio que envuelve a estos abusos contribuye perpetuar su aceptabilidad; no el comprensible el silencio de las mujeres que tienen miedo, sino el silencio de familiares, amigos, vecinos e incluso transeúntes, que optan por hacer la vista gorda.

Los llamados "asesinatos por honor" y "por accidentes de cocina" se han arraigado en una cultura donde el valor de una mujer está vinculado a la reputación de su familia y a una tradición de una fuerte dote. En 1995, la revista Time informó que las muertes por dote en India aumentaron de 400 al año en la década de 1980, a alrededor de 5.800 al año a mediados de la década de los 90. Prender fuego a una mujer que no ha pagado la dote completa y luego culpar de su muerte a "un fuego en la cocina" ha sido reconocido como un importante problema de salud pública en India.

Se cree que los altos niveles de violencia de género que persisten en India se deben principalmente a creencias discriminatorias antiguas y profundamente arraigadas. A pesar del impresionante crecimiento económico del país y de su exposición al "liberalismo occidental", las mujeres siguen siendo, en gran medida, vistas como objetos. La mayoría de las víctimas son mujeres sin educación y de entornos sociales desfavorecidos, lo que refuerza la percepción general de que la violencia doméstica es más generalizada en los grupos de menor nivel socioeconómico.

Sin embargo, las mujeres profesionales de India también se enfrentan a tales abusos, pero rara vez hablan de ellos. Algunas mujeres casadas tienen miedo de ser acusadas de "dividir a la familia" y se espera que soporten los abusos sin rechistar, mientras que las mujeres solteras se preocupan por ser vistas como "débiles", en su lucha por abrirse paso en profesiones dominadas por hombres.

Por un lado, la tradición, la pobreza, el analfabetismo, la falta de aplicación de leyes sensibles al género, y las pocas oportunidades de empoderamiento para mujeres, han permitido que la violencia contra ellas esté descontrolada. Por otro lado, la falta de educación consiente y perpetúa estos crímenes de forma implícita. Por tanto, es evidente que una transformación profunda de creencias culturales que permita a las mujeres reclamar su propia voz y su dignidad, sólo puede llevarse a cabo mediante persistentes procesos de educación innovadora que empiecen por los niños, y que tales procesos deben ser accesibles a todos los niños, sin importar su estatus social.


Fuentes: BBC News, Wikipedia