- Desigualdad de género
Alrededor del 40-43% de los estudiantes cree que la educación de una niña no es tan importante como su responsabilidad hacia su familia. Si hay que elegir entre educar a un niño o una niña, la primera opción es claramente preferida. Algunos alumnos opinan que, a largo plazo, educar a una niña es un desperdicio de recursos. Alrededor del 15% de los estudiantes de 2º de ESO cree que las niñas suelen ser una carga para sus padres. Sin embargo, el 35% de los alumnos de 4º de Primaria y el 47% de los de 2º de ESO, consideran que tanto los niños como las niñas son igualmente capaces, pero el 15-20% de los estudiantes de estos dos cursos piensan que la capacidad está determinada por el género.Los resultados apuntan a una tendencia profundamente arraigada contra las niñas, incluso entre estudiantes de familias educadas y de estratos socio-económicos altos.
- Inmigrantes
Casi el 60% de los estudiantes se muestran reacios a aceptar a inmigrantes de otros estados, ya que consideran que éstos roban puestos de trabajo a la población local y son una fuente de desacuerdos comunitarios. Sólo el 29% cree que todos los indios pueden vivir y trabajar libremente en cualquier estado.Aunque casi la mitad de los estudiantes encuestados cree que las personas se acercan unas a otras a través del respeto mutuo y la comprensión, la otra mitad tiene ideas preconcebidas sobre personas de otras religiones, y piensa que las diferencias religiosas importan y deben ser defendidas con la violencia, si fuera necesario.
- Falta de empatía para personas con capacidades diferentes
Una gran mayoría de los estudiantes (70-80%) ven a las personas con capacidades diferentes como difíciles de tratar, infelices o con bajo rendimiento académico. Sin embargo, los estudiantes mayores, un 21% en 4º de Primaria y 29% en 2º de ESO, están mejor dispuestos a aceptar a los estudiantes 'especiales'. Alrededor del 60% de los estudiantes no están sensibilizados hacia las personas afectadas por el HIV, y carecen de información sobre el mismo.Esto podría deberse a que los programas de sensibilización no están llegando efectivamente a los niños, según los expertos.
Una vez más, son los educadores -padres y profesores- quienes tienen la clave para promover un cambio en la forma en los jóvenes ven y tratan a las niñas y a las minorías. Sin una comprensión e inculcación posterior de valores diferentes y más justos, las viejas actitudes discriminatorias continuarán sin transformarse.
Fuente: Pune Mirror