miércoles, 22 de agosto de 2012

APENAS SOBREVIVIENDO



El trabajador social encontró un niño preparando una pasta de ajo, para que su hermano pequeño pudiera engañar el hambre hasta que sus padres regresaran del campo. Es desgarrador cómo los niños pobres maduran demasiado pronto, los hermanos mayores cuidan de los menores, y cómo los indigentes apenas se las arreglan, si es que lo hacen. Es trágico que esta historia se repita sin cesar.

Se supone que el programa de Servicios Integrados de Desarrollo Infantil (ICDS) de India hace frente a la privación extrema, proporcionando alimentos suplementarios y monitoreando el crecimiento a través anganwadis (guarderías comunitarias) para niños menores de seis años. Sin embargo, el 74% de estos niños no recibe ningún alimento complementario del anganwadi en su región.

Los niños que sobreviven, siguen siendo perseguidos por el hambre hasta la edad adulta. Más de uno de cada tres adultos pesa menos de lo que debería. El gobierno también dispone de un programa para proporcionar suplementos alimentarios a mujeres embarazadas y lactantes, pero sólo el 21% de las mujeres embarazadas y el 17% de las mujeres en periodo de lactancia reciben estos suplementos.

Hay muchos informes sobre niños que mueren de hambre, pero cuya causa de muerte se registra como el sarampión o la diarrea. En el estado de Maharashtra, un ministro anunció descaradamente que 80 niños murieron diariamente por desnutrición durante cuatro años en todo el estado. La población urbana pobre no está en mejores condiciones. Los niños que viven en la calle y los hijos de trabajadores de la construcción corren un riesgo mayor, ya que no tienen acceso a los sistemas de salud y nutrición.

Las encuestas muestran que los pobres se alimentan peor hoy que hace 40 años. Los comités del gobierno se atreven a concluir que esta caída es de carácter voluntario y que merita una reducción de los requerimientos calóricos mínimos, lo que le permite reducir aún más la cantidad de grano disponible a través del Sistema de Distribución Pública (PDS). Esto, a su vez, obliga a los pobres a pagar los precios del mercado por sus alimentos - o prescindir de ellos, lo que puede significar cocinar raíces silvestres y hojas para subsistir.

Los programas gubernamentales mencionados, el ICDS y el PDS, han sido saboteados por intereses creados. Activistas sanitarios afirman que el gobierno forma alianzas económicas con empresas que elaboran galletas y comida para bebés. La pediatra Vandana Prasad condena el uso de productos comerciales para tratar la desnutrición aguda severa, cuando los alimentos elaborados a nivel local son efectivos, adecuados y más baratos.

La participación de la comunidad - a través de programas de alimentación, grupos de autoayuda, bancos de cereales, etc. - juega un papel fundamental en la lucha contra la desnutrición, pero la utilidad de su participación es limitada a menos que el gobierno reconozca su obligación de garantizar el derecho del pueblo a la alimentación. Sin una garantía de una alimentación adecuada a través del PDS, las personas necesitadas quedan a merced del mercado. Las consecuencias hablan por sí mismas. Es un motivo de preocupación que, aun cuando el gobierno habla de ampliar la seguridad alimentaria, existen propuestas que entorpecerían el PDS. Las personas deben actuar a través de organizaciones de la sociedad civil para obligar al gobierno a complir su compromiso para con los que pasan hambre.


Fuente: Infochangeindia.org