En agosto de 2012, el gobierno de India propuso una
ampliación a la prohibición de emplear a niños menores de 14 años, en su
esfuerzo por encauzar a más jóvenes hacia la enseñanza convencional y compensar,
de esta manera, un tema que ha mancillado la imagen del país como potencia
económica emergente. La enmienda propuesta a las leyes existentes contra el
trabajo infantil impondría una pena de cárcel de tres años y una multa de 690€ a
cualquier persona que emplee a niños menores de 14 años en cualquier trabajo, o
utilice menores de 18 años en industrias peligrosas.
De ser aprobada por el Parlamento, la enmienda sería el
final, por lo menos en teoría, de muchos años de tolerancia oficial ante la
utilización de menores de edad en la fuerza laboral. Los activistas pro
derechos del niño, así como de la Organización Internacional del Trabajo, dieron
la bienvenida a la iniciativa como un hito en el debate sobre el trabajo
infantil, aunque admitieron que su implementación supondría un enorme desafío. Una
encuesta realizada en 2009 por el Ministerio de Estadística, situó el número de
niños trabajadores en 5 millones.
La última iniciativa contra el trabajo infantil incluye
disposiciones para que la ley no afecte a las familias más pobres, asegurando
el derecho a la educación gratuita y proponiendo becas para compensar las
pérdidas económicas de las familias de escasos recursos. Además, bajo la nueva
ley, la Policía ya no estaría supeditada a la orden de un juez para poder
actuar.
Sin embargo, el Parlamento de India está a punto de cerrar el
año sin aprobar la ley contra el trabajo infantil más ambiciosa de toda su
historia. A pesar de contar con el respaldo de la mayoría de los
parlamentarios, la enmienda ha estado congelada por no considerarse “prioritaria”.
Algunos aseguran que el problema no son las leyes, sino su
falta de aplicación. Esta opinión es apoyada por el hecho de que bajo la débil
legislación actual, en los últimos tres años sólo se tramitó el 10% de 450.000
denuncias. A pesar de que la mayoría de los parlamentarios indios dicen apoyar
la ley, no sienten la urgencia política de someterla a votación. Pero con cada
día que pasa, más niñas y niños son condenados a ser pequeños semi-esclavos, en
vez de disfrutar de una infancia que apoye su desarrollo con juegos y alegrías.
Fuentes: washingtonpost.com
avaaz.org