lunes, 15 de julio de 2013

LOS NIÑOS DE LA CALLE Y EL SIDA


Dos niños y una niña, de entre nueve y dieciséis años, viven bajo una marquesina de autobús sin utilizar en Bangalore. Comparten comida, costumbres, y la sustancia a la que son adictos. La madre biológica de la niña es la única adulta con la que tienen contacto. La madre pide limosna y se prostituye para ganarse la vida. Los niños recogen desechos de plástico para venderlos, roban y venden favores sexuales. Todos ellos han estado en hogares de acogida, y todos han escapado. Prefieren la calle por la “libertad” que les ofrece.

Los niños de la calle son menores totalmente desatendidos, privados del afecto de adultos responsables, apenas visibles, excepto cuando se les considera una amenaza o una molestia. Si las organizaciones de servicios sociales no interrumpen su iniciación a la vida en la calle, se vuelven adictos a ella. Enfrentan los peligros uniéndose a pandillas de las que aprenden estrategias como “sexo como consuelo, placer o forma de ingresos” y “drogas para sobrellevar el dolor”. El SIDA es sólo una de las enfermedades a las que se ven expuestos.

Rutinariamente, los niños de la calle tienen y ‘compran’ relaciones sexuales bajo la influencia de las drogas y de sus compañeros. Las niñas son las más abusadas. Buscando protección, se unen a una pandilla y hasta los chicos de la misma banda las utilizan. Estas menores no conocen medidas de protección y son altamente susceptibles a la infección por el VIH.

Vasudev Sharma, Presidente del Comité de Bienestar del Niño en Bangalore, dice: “Muchos piensan que los varones están a salvo. Pero los niños son igual de susceptibles al abuso, al VIH y a otras enfermedades de transmisión sexual, si no más. Los niños son más propensos al contagio debido a su escaso conocimiento y la adicción al 'sexo por placer’ desde edades muy tempranas”.

Sharma afirma que ni el gobierno ni las organizaciones privadas saben cuántos niños de la calle son VIH-positivos. El hecho de vivir en la calle no es aceptado como una razón para hacerles análisis. La situación se complica por los tabúes de la sociedad de India en torno a la sexualidad en general, y por parte del gobierno en particular. Según los trabajadores de campo, las barreras sociales, religiosas y culturales impiden el reconocimiento y la discusión abierta de las vidas sexualizadas de los niños de la calle.

Renu Appachu, director de Jagruthi, una casa de acogida, afirma que “Hay de 30 a 40 menores VIH positivos en mi casa de 100 niños". La vulnerabilidad de niños de la calle al VIH es una ‘bomba de tiempo’ que la sociedad india todavía no reconoce como una amenaza grave”.

Los hijos de trabajadores de la construcción también corren el riesgo de perderse en las calles de las ciudades adonde sus padres han emigrado en busca de trabajo. Tú puedes contribuir a mantener a estos niños protegidos y a ampliar sus posibilidades de vivir una vida más digna, colaborando con nuestro proyecto de Centros de Día para los hijos de trabajadores itinerantes, pinchando en el enlace de abajo.



Fuente: infochangeindia