miércoles, 18 de febrero de 2015

DE LA MANO: COMPRESAS Y EMPLEO


“Los días de la menstruación eran muy difíciles antes de usar compresas”, cuenta Revathi, una joven de un pequeño pueblo. Cuando comenzó a menstruar, se asustó mucho porque no sabía lo que le estaba pasando y su madre evadía sus preguntas. Igual que a ella les sucede a incontables jóvenes en India, pues es tabú hablar abiertamente sobre la menstruación incluso en los hogares o las escuelas. Tradicionalmente, las mujeres no deben ir a lugares públicos mientras tengan la regla, por lo que muchas prefieren quedarse en casa y casi un tercio de las jóvenes en edad escolar dejan de ir a clases.

En India, sólo el 12% de las mujeres usa compresas habitualmente, en parte debido a su elevado precio, y en parte por ignorancia. La mayoría utiliza paños, como Revathi. Para ella, las cosas cambiaron cuando empezó a trabajar en una fábrica de compresas económicas que se instaló en su pueblo. Ahora, su trabajo es venderlas de puerta en puerta y hablar con otras mujeres sobre su aseo íntimo. Revathi dice que así es más fácil que las mujeres las compren, pues en los establecimientos públicos el vendedor suele ser un hombre y esto las coloca en una situación complicada.

Debido a su precio, las compresas baratas están cambiando las vidas de mujeres que antes no salían de sus hogares para evitar mancharse, además de ser una fuente de empleo para ellas. Esto ha sido posible gracias a un hombre, Arunachalam Muruganantham, un soldador que desarrolló un interés casi obsesivo por estudiar la fabricación de compresas. Ni su esposa ni sus vecinos entendieron que un hombre dedicara su tiempo a pensar en ese tema.

Sin embargo, sus esfuerzos dieron frutos. Después de años de estudio y experimentos, creó una máquina muy simple y fácil de manejar. A la fecha, ya ha vendido unas mil unidades en India -a veces a cambio de animales u otros activos a modo de trueque- y ha comenzado a comercializarla en otros 18 países, sobre todo de Asia y África. Además, afirma que se han creado más de 15.000 empleos para mujeres en India gracias a sus máquinas.

Arunachalam está convencido de que para que el desarrollo social y económico de India y otros países sea más equitativo, es necesario dar a las mujeres igualdad de oportunidades y facilidades de acceso al mercado laboral. “La clave de la equidad comienza por la higiene menstrual. Las chicas deben sentirse seguras cuando van a la escuela para que no dejen los estudios y puedan seguir desarrollando su potencial. En todo el mundo, son luchadoras y quieren superarse. La dificultad es que no tienen las mismas oportunidades”, asegura.


Fuente: elpais.com