jueves, 16 de abril de 2015

OBSTÁCULOS PARA LAS NIÑAS QUE DESEAN ESTUDIAR


Roja tenía 16 años. Era difícil no fijarse en ella. Silenciosa al principio, Roja sentía pasión por los estudios: “No quiero que me llamen hebbattu (analfabeta). Quiero ser mujer policía como la que hay en mi pueblo. Eso es lo que quiero ser cuando sea mayor”.

“Los padres piensan que sus hijas se casarán y se irán a otra casa”, dijo. “Todo el dinero que gastan para que sus hijas estudien sólo beneficiará a una familia ajena, así que envían a sus hijos a la escuela.” Roja no veía sentido en esta lógica. Para ella, estaba claro que había que permitir que las chicas estudiaran para que las familias sobrevivieran. “A los chicos no les importa. Son las chicas las que se harán cargo de su familia. Si estudio, mi familia ya no va a ser pobre.”

“Cuando recibí mis notas de 4º de la ESO, les pedí a todos en casa que me dieran dinero para la admisión a la universidad. Todos me dijeron que no tenían suficiente. Era una cuota anual de 380 rupias (5,60€) para la admisión, pero nadie pudo dármelas. Mi padre ha estado muy enfermo en los últimos meses y no gana nada. Mi madre lava platos en una casa cercana. Trae los restos de comida de la casa donde trabaja para que comamos nosotros. Yo no quería molestar más a mi familia, así que decidí ponerme a trabajar.”

Roja le contó su plan a su madre, pero ésta le dijo: “No pierdas la esperanza. Nadie de nuestra familia ha estudiado más allá de segundo de Primaria. A ti te ha ido bien en la escuela y debes continuar estudiando”. Roja pensó que su madre estaría de acuerdo con que trabajara en el campo. “Me sentí muy alentada por lo que me dijo mi madre. Me animó a seguir intentándolo.”

Esta chica es notable. Es notable que obtuviera una distinción en el Instituto; notable que nunca abandonara su deseo de estudiar; notable que lo intentara y buscara la manera. Y encontró la manera. El Club Rotario local pagó su cuota. La avergonzaba ser tan pobre, pero no había ninguna vergüenza en su deseo de estudiar y buscar ayuda. “Voy a ser mujer policía, y entonces mi familia ya no será pobre.”

Esta joven mujer merece ser escuchada, y su éxito individual debe ser celebrado por su potencial de animar a otras jóvenes como ella a hacer frente a obstáculos aparentemente insuperables.

(Adaptado de thebetterindia.com)