Al escuchar refranes como “Ojalá seas padre de mil varones” o “Criar a una hija es como regar el jardín vecino”, y conocer las estadísticas de infanticidios y feticidios, crímenes de honor, explotación sexual, castidad y oscuridad sexual obligada, la pregunta que surge es ¿por qué en India no se implementan las leyes ya aprobadas en favor de las mujeres?
La principal razón podría ser que hay un enfrentamiento entre el Derecho Interno y el Derecho Consuetudinario, que es el de los usos y costumbres y el que recoge las normas no establecidas en ninguna ley. Además, un alto porcentaje de mujeres no tiene acceso a la justicia por falta de alfabetización, conocimiento o dinero.
A pesar de la visión generalizada de que las mujeres indias son débiles, son personas capaces de reflexionar críticamente sobre su situación de subordinación. Es por ello que organizaciones como Naya Nagar pone a disposición de la población femenina los Mahila Mandal, asociaciones de mujeres voluntarias que intentan hacerse oír ante el gobierno, trabajando conjuntamente e intentando mejorar su comunidad. De este modo, las mujeres tienen la posibilidad de romper los estereotipos que las rodean y transmitir sus inquietudes y deseos de cambio a los políticos.
Un Mahila Mandal lucha contra la vulneración de los derechos humanos, el sexismo, el machismo religioso y la homofobia; ejerce presión en el estado usando una perspectiva de derechos humanos mediante la movilización de comunidades e intervenciones democráticas y no belicosas.
Al organizarse, liderar y mediar entre grupos, estas mujeres están presentes en la esfera de poder de su comunidad. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. Es necesario que todo ciudadano mundial adopte una actitud abierta y proactiva, de manera que todos los habitantes del planeta sean responsables del desarrollo humano.
Fuente: huffingtonpost.com